Vivimos en una época en la que nuestras actividades cotidianas las realizamos muy de prisa, una de ellas es nuestra alimentación. Darnos un tiempo para comer con tranquilidad trae beneficios a nuestra salud, conócelos:
- Disfrutas más los alimentos. Comer lento permite saborear, oler y sentir la comida mejor.
- Tendrás una buena digestión. Al masticar despacio los alimentos llegarán más pequeños al aparato digestivo, lo que permite que éstos se metabolicen más rápido y de manera eficiente. Si comes muy rápido, no podrás masticar bien, la comida irá en grandes trozos, y será más difícil para el cuerpo absorber los nutrientes.
- Mejora la hidratación. Al tener una comida relajada se ingiere una mayor cantidad de agua, esto permite que el estómago se distienda, lo que ocasiona un menor consumo de alimentos.
- Disminución de las molestias digestivas. El hipo, la acidez, el reflujo o los gases pueden presentarse comúnmente al comer con rapidez, debido a que junto con los alimentos puede llegar al organismo una mayor cantidad de aire.
- Disminución de peso. Las señales químicas que el estómago envía al cerebro para informarle que se ha consumido la cantidad suficiente de alimento, tardan entre 15 y 20 minutos en manifestarse. Si comes de prisa no le darás el tiempo necesario al cerebro para enviar la señal de estar satisfecho, por lo que comerás mucho más; en cambio al comer despacio podrás ingerir lo necesario sin excederte.
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